MR JAVIER BERNAL on Sun, 12 Mar 2000 13:11:09 +0100 (CET)


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[Nettime-bold] Pensamiento Maya y Globalización



Desde: Revista Jotaytzij*
[ Neologismo Kaqchikel formado por Jotay, cuya traducción literal es
retoño, desarrollo, y Tzij, palabra, idea, pensamiento. Contextualmente,
Desarrollo de Pensamiento. Desarrollo dundamental en un sociedad
multiculrual, donde se busca el respeto a los derechos individuales y
colectivos. ]

                 PENSAMIENTO MAYA Y GLOBALIZACIÓN

 Vivimos tiempos en que el ser humano ha podido llegar a encontrar más
cosas decisivas en cuanto a la ciencia, que en todo el resto de la
historia de la humanidad.

 El alto desarrollo de la tecnología de punta como  es la  informática, 
 la
constitución de sistemas complejos de comunicación mundial,  utilización
de robots en los procesos productivos, miniaturización, nuevos conductores
y materiales,  ha  impactado cualitativamente en una nueva organización
mundial de la economía, nunca antes vista en el planeta. 

 Estamos frente a un mundo distinto, frente a realidades diferentes, ante
un nuevo modelo de organización económica, tecnológica y administrativa,
prácticamente, generalizado en todas partes bautizado como globalización.
Aún se espera más,  una  segunda fase parece vislumbrarse con el
despliegue, ya iniciado, de la ingeniería genética.

 Hace tan solo unos pocos años, uno de los principios básicos de la
política internacional aseguraba la prosperidad económica basada en la
capacidad que tuviera una nación de hacer sentir su potencia militar en el
extranjero.  Hoy, parece que eso ha terminado, el poderío militar ya no es
símbolo de poderío económico, todo lo contrario, podría significar ruina
económica.  	

 Los teóricos de la globalización asocian este proceso con un tipo de
modernización novedosa, destinadas, según ellos, a promover la calidad de
existencia, garantizar  fuentes de  riqueza en la economía de mercado, la
fe en el  individuo, al  alto desarrollo de la electricidad, de la
mecánica, de la química y de los ordenadores.  También,  dicen  garantizar
el liberalismo económico y político, así como la creación de una identidad
supranacional con muchos actores pero con un solo director.

 Por estas razones la globalización,  constituye un proceso de
mundialización que trasciende los límites del campo económico, conlleva
implicaciones culturales que afectan directamente al conjunto de las
actividades e instituciones, que los distintos Pueblos y culturas han
venido produciendo en el curso de su existencia. Nuestros países están
obligados a convertirse en mercados privilegiados para la colocación de
capitales y de inversiones que mediatizarán casi todas las necesidades de
nuestras poblaciones y de nuestro hábitat natural. 

 Centroamérica, por ser una región de países económicamente dependientes,
se encuentra enfrentando ya, un proceso de regionalización sin
integración, cuyo referente es Estados Unidos  de Norteamérica, que ha
aumentado sus exportaciones a nuestros países, mientras que la región
disminuye el porcentaje de exportación a ese país.  

 Por estas características dependientes aparece un nuevo concepto: la
"globalización inducida", personificada y protagonizada en cada región o
país, por élites privilegiadas que en sus discursos de convocatoria
enfatizan la necesidad de enfrentar la  época de desafíos y oportunidades.
Sin embargo, en la práctica prevalecen  procesos de precarización y
exclusión de la fuerza laboral, descampesinización, falsa feminización del
mercado laboral, nuevas formas de pobreza, despersonalización,
desintegración de las culturas originarias y uniformación hacia la lógica
del mercado, además de una débil protección al consumidor, al trabajador y
al medio ambiente. 

 La globalización,  al privilegiar los procesos económico-financieros,
dentro de un marco de libertad de comercio global que busca  maximizar
ganancias y promover el consumo de productos baratos,  genera una
ideología que asume que los seres humanos y el planeta estarán mejor si el
mercado global se separa de consideraciones éticas, sociales y
ambientales.  

 A estas alturas, es imposible que algún país o nación quede al margen de
este colosal proceso mundial;  y como no podemos quedarnos desfasados,
importa preguntarnos con qué calidades, con qué fundamentos, con qué
argumentos podemos incorporarnos sin esperar que nos incorporen.  Quizas,
hoy más que nunca nuestras culturas y nuestras experiencias deben de
mostrar  su raíz, su identidad, su fluidez, su apertura y su
antidogmatismo.    

 Nuestros Pueblos están llamados a manifestar su voluntad creadora, su
iniciativa, capacidades de transformación, calidades de organización,
curiosidades y sus talentos.  

 Hemos venido a la Madre Tierra -dice la ancianidad maya- para enriquecer
 y
dar objetividad a nuestra historia, para ampliar el horizonte de la
cosmovisión, de nuestros Pueblos y de todos los congéneres.

 En estos vertiginosos tiempos de evolución nacional y mundial,
probablemente,  estas hermosas palabras de nuestros abuelos, en  cuyo
contenido encontramos niveles de apertura, tolerancia, discernimiento y
reflexión, puedan servirnos de instrumento para considerar alternativas,
opciones, oportunidades y así servirnos de soporte para generasr una nueva
mundivisión. 

 Si bien, la globalización constituye una manifestación palpable en
 nuestro
continente y por supuesto en Centro América, su meta final de calidad de
vida, está muy lejos de emprender la satisfacción básica de nuestras
poblaciones, de generar el pleno empleo, de reducir los índices de pobreza
y de desarrollar políticas ecológicas destinadas a asegurar un desarrollo
humano con justicia social.

 Ello es así, porque su impulso se asienta en la estructuración y práctica
de las llamadas políticas neo-liberales, las cuales ponen siempre en la
balanza la obtención de más o menos ganancia.  Es bajo este pensamiento
como ahora corre la orientación de nuestras "calidades de vida".

 Cada vez más, nuestros gobiernos estimulan e impulsan herramientas
 basadas
exclusivamente en el mercado y en la racionalidad económica. Por este
camino es imposible construir la democracia, la paz, la reconciliación y
la gobernabilidad.  

 En medio de extraordinarias competencias entre individuos, es imposible
 el
funcionamiento de políticas de gobernabilidad, en tanto que, en la soledad
del mercado todos nos encontramos  aislados unos de otros, además del
agravante de librar  enconadas luchas mediadas por el precio.  

 En la transacción del mercado globalizado no hay escenarios para discutir
calidad de vida, bien común o justicia social; tampoco hay oportunidades
para el diálogo, la discusión y el debate entre diez, quince o cien
personas, como lo hacemos en nuestros consejos, organizaciones y familias,
cuando abordamos los problemas de la sociedad, la aldea, el cantón o el
barrio.

 En la transacción de mercado lo único que interesa es, dónde se gana más,
dónde se pierde menos, dónde se puede hallar mano de obra barata.  Ahí no
importa el ejercicio democrático y  la calidad de vida para nuestras
poblaciones.  En lugar de un horizonte de relación comunitaria y de bien
común, se propicia la despolitización de las acciones públicas, se
compromete a los Estados a erradicar las políticas públicas de educación,
salud, seguridad social, ambientales y seguridad ciudadana, por ejemplo.  


 No es casual entonces, que quienes se oponen a las prácticas de
gobernabilidad politizadas expresen la necesidad de despo-litizar
discusiones, o bien, que éstas deben de sacarse del ámbito ideológico,
para así, con-ver-tir los problemas políticos e ideológicos, en simples
problemas de orden técnico. 

 De esta manera, la tecnología, peligrosamente empieza a regir el destino
de nuestras vidas y con ello, serán los técnicos quie-nes asuman la
responsabilidad de tomar deci--siones, en cuanto a nuestra calidad de vida
y desarrollo humano. ". . . bueno, mire, esto es una decisión técnica, no
hay motivo para discutir", se oye por donde quiera que marcha la
globalización.

 La confluencia de la globalización y el neoliberalismo, en tanto que
aspira en abso-lu-to a dominar mejor las fuerzas naturales para el mayor
bienestar de las minorías privile-giadas, para adjudicarse la hegemonía
intelec-tual de la sociedad, y para asignarle a la  razón la exclusividad
por sobre la vasta gama de la expe-riencia que corre por otras vías,
practica-mente no admite la discusión, el diálogo y el debate político.

 Pero bien sabido es que nuestros Pueblos y culturas poseen desde siempre,
sus propios conceptos acerca de la felicidad, el progreso y la convivencia
humana; nuestros ancestros mayas cultivaron la personalidad; la búsqueda
en la naturaleza de las cosas, la sinceridad de propósitos y la extensión
de las fronteras del conocimiento.  

 Junto a esta antigua sabiduría perviven también las antiguas facultades,
pero proba-ble-mente, por el desarrollo deslumbrante de la ciencia
moderna, pensemos que nuestras cul-tu-ras son  inferiores ante las grandes
naciones.  

 En los tiempos antiguos los antepasados construyeron grandes obras,
algunas de las cuales han servido a otras culturas y pueblos,  en la dieta
de sus habitantes, en el desarrollo y proyección de la moderna astronomía,
          en la ampliación de los conocimientos humanos acerca del tiempo
          y
la conducta humana y, por supuesto, nuestra relación con el cosmos hoy
florece en distintos programas de ecología y medio ambiente a nivel
mundial. 

 En esta dirección, nuestros Pueblos han sido capaces de dar  a conocer
 que
a la razón le resulta imposible dominar todo, y por ello, asumimos la
responsabilidad de ensancharla por los senderos del sentir, de lo sagrado
y de las emociones.  Sin sentimientos no hay hermandad, sin el 
componente
sagrado nadie puede respetar la naturaleza aunque haya voluntad, y sin
emociones se acaban las experiencias y se codifican las conciencias.
prescribe el conocimiento de si mismo para conocer a los demás.

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JOTAYTZIJ es una publicación de CHOLSAMAJ
Apoyado por PRODECA. Programa de Dinamarca Pro Derechos Humanos 
para Centroamérica. Cholsamaj es miembro del Consejo de Organizaciones 
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La Historia es nuestra
y la hacen los pueblos.

       Salvador Allende


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