ayuste on Thu, 23 Aug 2001 20:53:53 +0200 (CEST)


[Date Prev] [Date Next] [Thread Prev] [Thread Next] [Date Index] [Thread Index]

[nettime-lat] la frontera


 
Ontología y Epistemología de la Frontera:

España siempre ha sido, por fortuna, un problema para los españoles. Nos preocupa a los españoles y mucho la identidad y la desidentidad de España. Tenemos muchas cosas de las que ocuparnos pero unas de ellas, siempre, es el problema de España. No importa el paso de los años, la identidad y desidentidad de España es para nosotros un pastiempo muy popular, junto al futbol, el dominó, los juegos de ordenador y los atentados de ETA. Nuestra vida sería la mitad sin el problema-pastiempo de la identidad-desidentidad de España.

Llevo 25 años de mi vida desayundo un día sí, otro también, en compañía de algún atentado de ETA. Ahora mismo soy incapaz de imaginar España sin su correspondiente atentado de ETA. ¿Qué sería de España sin ETA? No puedo ni imaginarlo. ¿En qué se quedarían nuestras conversaciones de café ?, ¿de qué hablarían las familias?, ¿qué suerte correrían los periódicos?, produce vértigo intelectual imaginar un escenario sin ETA y sin tanto dolor criminal e innecesario.

A México (en castellano antiguo), a Méjico (en castellano moderno) —por qué en la cartografía mejicana pone Jimenez y no Ximenez, pregunto— y bien sé que Méjico es tan antiguo como se quiera, le brotó hace más de un siglo su propio problema ontológico, la frontera. Un problema que el curso de los años no ha hecho más que agrandarse, proporcionando una rica e interminable epistemología. 

¿Qué será?, por qué a los hispanos nos brotan como hongos ontologías territoriales identitarias a lo que parece sin solución. O quizá, sugiero, sería más correcto, ¿pueden los países latinos vivir sin las citadas ontologías? o dicho de otro modo ¿es de verdad interesante vivir sin drama ontológico?, ¿tendría sentido la perspectiva de una vida sin un sólido drama ontológico e identitario?

En el horizonte observo, eso sí, un gran estímulo para alimentar el drama ontológico de la frontera, una vitamina más eficaz que el Tratado de Libre Comercio, lo digo, la expansión biológica de lo mexicano que acabará constituyendo un México Bis, al otro lado, resentido con el México-México y ansioso por consolidar, ensanchar y animar ese gran drama ontológico, la frontera. 

De esa singular manera México-México podría salvar su drama ontológico preferido, la frontera (antes que el mestizaje) y libre de pesares federarse libremente sin complejos con los Estados del Norte, de Delaware hasta Alaska. México Bis se federaría entonces, ¡que tampoco lo sé!, ya con su frontera Sur bien consolidada con, por ejemplo, Japón.

Saludos
Antonio Yuste