Ricardo Bello on Tue, 2 Mar 2004 20:20:42 +0100 (CET)


[Date Prev] [Date Next] [Thread Prev] [Thread Next] [Date Index] [Thread Index]

[nettime-lat] Mensaje de escritores y artistas venezolanos a sus colegas del mundo



Mensaje de escritores, artistas y académicos venezolanos a sus
colegas de todo el mundo


Venezuela vive uno de los momentos más dramáticos de su historia.
Está por consumarse un gigantesco fraude para desconocer millones
de firmas de venezolanos que solicitan un referendo revocatorio
del mandato presidencial de Hugo Chávez. La presión, ejercida
de una manera descarada y contumaz por el propio Chávez y sus
más cercanos seguidores, en especial por el Vicepresidente, los
ministros, los diputados y los medios de comunicación del Estado,
ha tenido eco en la mayoría de los miembros del Consejo Nacional
Electoral, quienes, ante la evidencia de las firmas consignadas,
se han valido de argucias y formalismos para invalidar un número
de ellas que haga improcedente el referendo, en obediencia a
las órdenes del presidente, empeñado en impedirlo, porque sabe
que, de producirse, la revocación de su mandato es inevitable.
Ante la posibilidad de perder el poder, el gobierno desarrolla
ahora una campaña nacional e internacional dirigida a deslegitimar
la recolección de firmas para el referendo revocatorio que fue
desde el primer día calificada por el propio presidente como
un “megafraude”. 

Los 3.448.747 ciudadanos que firmaron pidiendo su convocatoria
lo hicieron, entre otras razones, por las siguientes: 

1) La vocación inequívocamente despótica y totalitaria del presidente,
demostrada por la tendencia al control absoluto de todos los
poderes públicos, ya logrado en muy alto grado; 2) La militarización
de la administración pública en todos sus niveles, incluyendo
un alto porcentaje de ministros y de los gobernadores de los
estados; 3) La violación descarada de la legislación y de la
propia Constitución, tanto por el propio presidente, como por
los funcionarios públicos en todas las instancias; 4) La militarización
y partidización de la empresa estatal de petróleo (PDVSA) que
conduce al deterioro de la más importante fuente de ingresos
del país y su progresiva desnacionalización, al entregar la explotación
de la misma a compañías extranjeras; 5) El desbarajuste económico,
con un ruinoso control de cambios, una elevada inflación, una
altísima y creciente tasa de desempleo, un dramático crecimiento
de la pobreza y una marcada escasez de productos vitales, como
alimentos y medicinas; 6) La división y desmantelamiento de las
Fuerzas Armadas, y su sustitución gradual por una fuerza militar
paralela al servicio, no del país, sino del gobernante y sus
secuaces; 7) Una política internacional errática y desequilibrada,
dirigida por el jefe del Estado en función de sus conveniencias
y caprichos personales, y con grave lesión de los intereses del
país; 8) Un gigantesco saqueo y despilfarro de los recursos financieros;
9) Una brutal represión de muchas manifestaciones populares,
con el uso de las Fuerzas Armadas y de grupos de choque, de un
falso origen popular, organizados y armados por órganos del gobierno;
10) La intimidación, por diversos procedimientos, de los medios
de comunicación adversos al régimen y un total desprecio de la
opinión pública; 11) El abandono de los servicios públicos, especialmente
los de seguridad social, educación y salud, para sustituirlos
por ‘misiones’ de claro corte populista; 12) Una absoluta indiferencia
ante el crecimiento desbordado del hampa común; 13) Un exacerbado
culto a la personalidad como es típico de los gobernantes dictatoriales.


Chávez no entendió que su plan de gobierno, ese conjunto de ideas
elementales y de promesas que entusiasmó a millones de venezolanos,
requería para su aplicación de un amplio consenso, mediante una
paciente labor de persuasión y convencimiento, aun cuando se
supiese que siempre habría poderosos sectores refractarios a
los cambios que el país reclama. En lugar de procurar la suma
de voluntades, Chávez utilizó una arenga venenosa, orientada
a fomentar la violencia, el odio de clases y la exclusión de
inmensos sectores de clases media y alta, tildados por él de
oligarcas. El lenguaje agresivo, procaz e injurioso, impropio
de un verdadero jefe de estado, dirigido a descalificar los valores
de las clases medias, le fueron enajenando su respaldo, y constituyen,
junto a amplios sectores populares, una oposición cercana al
70%, que busca desalojarlo del poder mediante la revocación del
mandato, derecho consagrado en la Constitución que el propio
Chávez se dio a través de una Asamblea Constituyente que le era
favorable casi en un ciento por ciento. 

Denunciamos ante los colegas de todo el mundo la situación aquí
apenas esbozada, en especial porque el gobierno de Chávez ha
venido desarrollando una insidiosa y costosísima propaganda en
el exterior, pagada con dineros del pueblo venezolano, la cual
ha producido no poca confusión entre agrupaciones y personas
fácilmente engañables por la distancia y el desconocimiento de
lo que realmente ocurre en Venezuela. Esa propaganda pretende
hacer creer que Hugo Chávez lideriza una revolución, que no va
más allá de su desbordada fantasía, pues sus prácticas sólo han
conducido a una verdadera catástrofe, a cuya sombra el gobernante
y sus secuaces de todos los niveles han practicado el enriquecimiento
ilícito más escandaloso de la historia venezolana, y han ido
dando los pasos para la instauración en un futuro cercano de
una brutal dictadura militar, bajo la engañosa imagen de un gobierno
supuestamente socialista o de izquierda, capaz de despertar los
sentimientos utopistas que el pueblo venezolano, igual que todos
los pueblos del mundo, abriga como solución a la pobreza y demás
males de que padece, pero que en realidad sólo ha sido un gobierno
personalista, autoritario y moralmente depredador. No obstante
lo cual, el presidente Chávez ha sido tendenciosamente contumaz
en negar el carácter democrático de la gran mayoría de quienes
nos oponemos a sus prácticas autoritarias. 


Caracas, 25 de febrero de 2004



Annabella Aguilar
Marisol Aguilera 
Harry Almela
Rosario Anzola
Edda Armas 
Carolina Arnal
Rafael Arráiz Lucca 
Belkis Arredondo
Mariela Arvelo 
Michaelle Ascencio
Leonardo Azparren
Alberto Barrera Tyszka
Guillermo Barrios
Alberto Baumeister 
Margarita Belandria 
Waleska Belisario
Ricardo Bello
Josefina Benedetti 
Manuel Bermúdez
Marcelino Bisbal 
Rodrigo Blanco
Demetrio Boersner
Víctor Bravo
Soledad Bravo
Luis Brito
Elizabeth Burgos
Manuel Caballero
Colette Capriles
Antonio Luis Cárdenas 
Adicea Castillo
Laura Castillo de Gurfínkel 
Israel Centeno
Mara Comerlati
Simón Alberto Consalvi
Diómedes Cordero 
Gloria Cuenca de Herrera 
Isaac Chocrón
Sonia Chocrón
Jorge Díaz Polanco
Rafael Di Prisco 
Roberto Echeto
Enrique Enríquez
Thais Erminy
Héctor Faúndez
Iván Feo
Emilio Figueredo 
Carlos Armando Figueredo
Alicia Freilich
Miriam Freilich
Marisol Fuentes 
Hernán Gamboa
Esther Gamus
Paulina Gamus
Raquel Gamus
Humberto García Larralde
Evangelina García Prince 
María Antonia García Sucre
Diana García Sucre
Jacqueline Goldberg
Miguel Gomes
Emeterio Gómez 
Luis Gómez Calcaño
María Elena González Deluca
Adriano González León
Víctor Guédez 
Arturo Gutiérrez Plaza
Sonia Hecker
Alberto Hernández
Tosca Hernández
Adolfo Herrera 
Sofía Imber
Juan Iribarren
Fausto Izcaray
Angelina Jaffé
Verónica Jaffé
Ariel Jiménez
Marianne Kohn Beker
Gisela Kozak
Karl Krispin 
Enrique Larrañaga
María Luisa Lazzaro 
Carole Leal Curiel
Hélice León
Diana Lichy 
Hercilia López
Pedro López 
Teódulo López Meléndez
Oscar Lucien
Carmen Mannarino
Josefina Manrique
Héctor Malavé Mata 
Manuel Malaver 
Alexis Márquez Rodríguez
Esperanza Márquez 
Gloria Márquez 
Yolanda Márquez
Joaquín Marta Sosa
Ibsen Martínez 
Milagros Mata Gil
Iván R. Méndez 
Juan Carlos Méndez Guedez
Ricardo Mitre
Acianela Montes de Oca 
Alfonso Montes
Dennys Montoto
Marcos Moreno
Alfredo Morles Hernández 
Eleazar Narváez
Marco Negrón 
Pedro Nikken 
María Celina Nuñez
Iván Olaizola
José Orellana
Marta Orellana
Silvio Orta
Carlos Ortiz
Carlos Pacheco 
Leonardo Padrón 
Juan Paéz Avila
María Fernanda Palacios
Juan Carlos Palenzuela
Yolanda Pantin
José Antonio Parra
Antonio Pasquali
Edilio Peña
Rolando Peña
Francisco Javier Pérez
Luis Enrique Pérez Oramas
Omar Pérez
Delia Picón-Salas de Morles 
Elías Pino Iturrieta
Gustavo Planchart Pocaterra
Eduardo Pozo
María Pilar Puig
Flor A. Pujol 
José Pulido
Inés Quintero
Pablo Quintero
Tulio Ramirez
María Elena Ramos
Gabriela Rangel
Lidia Rebrij
Eleonora Requena
Julie Restifo
Nelson Rivera
Fernando Rodríguez
José Rodríguez Iturbe
María Teresa Romero
Malena Roncayolo
Marcela Rossiter
Valentina Saa Carbonell
Elizabeth Safar
Magaly Salazar
Adolfo Salgueiro
Oscar Sambrano Urdaneta
Antolín Sánchez
Antonio Sánchez García
Rafael Santana
Gioconda San Blas
Chelique Sarabia
Luis José Silva Luongo
Héctor Silva Michelena
Petruvska Simme
Milagros Socorro
Graciela Soriano
Blanca Strepponi
Guillermo Sucre
María Soledad Tapia
Ana Teresa Torres
Héctor Torres
Ildemaro Torres
Fina Torres
Thaelman Urguelles
Clementina Vaamonde
Alberto Valerov
Horacio Vanegas
Patricia Van Dalen
María Teresa van der Ree
Alejandro Varderi
Vilma Vargas
Emilda Velazco
Mikel de Viana
Javier Vidal 
Jóvito Alcides Villalba 
Carmen Vincenti
Perla Vonasek
Eliazar Yanes
Corina Yoris
Fernando Yurman
Hernán Zamora
Pedro León Zapata
Luis Zelkowicz


IC 

Quien desea y no actúa engendra la plaga 
William Blake



_______________________________________________
Nettime-lat mailing list
Nettime-lat@nettime.org
http://amsterdam.nettime.org/cgi-bin/mailman/listinfo/nettime-lat