Clemente Padín on Mon, 9 May 2005 23:01:08 +0200 (CEST)


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CONTRATO: 1ra. Muestra Internacional de Performance en Córdoba, Argentina, Noviembre 2003

por Clemente Padín

Del 3 al 8 de Noviembre 2003, se realizó, en la ciudad de Córdoba, Argentina, la 1ra. Muestra Internacional de Performance "CONTRATO". Este evento se produce pocos días después de que finalizara el "Proyecto Limes" que conjuntara artistas de la acción de Suecia, España, Chile, Brasil, Uruguay y Argentina en la Facultad de Artes de Montevideo y en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. "Contrato" contó con la curaduría Daniel Acosta y se realizó en el Centro Cultural Casona Municipal, dirigida por Luis Cuenca, de la ciudad de Córdoba.

De la convocatoria extraemos: 

"CONTRATO, muestra-festival de arte contemporáneo: parte de la idea de tomar las calles y espacios de Córdoba para accionar, dentro del concepto de inclusión del entorno, con toda la carga que eso significa. La propuesta es repensar crítica y poéticamente los vínculos, mensajes, lugares, códigos y ideas desde donde el arte se liga, dinámicamente, con el afuera; con la sociedad, las personas, el mundo y la naturaleza y sus elementos (en este nuevo contexto). Para tender una plataforma, de doble dirección, que fluya del artista a la sociedad y desde esta al artista-ciudadano, reconfirmando un nuevo compromiso: un CONTRATO estético y ético con su imaginario espectador. Replanteando los límites y las nuevas posibilidades del arte de acción." (1)

Desde los comienzos de la civilización el hombre no ha cesado de expresarse y de comunicarse con los demás. En todos los casos  lo ha hecho desde su cuerpo, ya sea con su voz, con sus manos, con sus gestos, etc. Si constamos que, en la performance, el cuerpo es el instrumento expresivo determinante entonces podríamos decir que existe desde siempre, ya sea como un proto-lenguaje de la acción cuyos signos deberían ser interpretados por sus interlocutores o bien, como un instrumento ritual en la consecución de "algo" valioso para la comunidad, aunque de manera simbólica.

 Según Renato Cohen (2), el crítico brasileño recientemente fallecido, la performance es un arte de "expresión escénica", es decir, un arte formalmente similar al teatro u otras artes escénicas como la danza, la opera, etc., en las cuales la conjunción de la función espacial y la temporal es decisiva. En el caso de la performance estas funciones no tienen límites: temporalmente pueden durar desde un segundo a un año y espacialmente desde el locus personal hasta el universo entero (si fuera posible). Al igual que en las artes "teatrales", la performance consta de 3 elementos inseparables: el "performer", la acción (o inacción) que despliega y el público. En tanto el público permanezca en su rol, la performance continuará siendo una expresión artística; si pasa a interactuar con el artista, el evento pudiera transformarse en un ritual aunque existe todo un abanico de opciones que van desde la actitud pasiva del espectador (como en el teatro) hasta su máxima participación (como en las ceremonias religiosas o en los bailes populares). En cuanto a su ubicación en el espectro de las artes su lugar aún no está debidamente establecido aunque, algunos, le ubican entre las artes plásticas y otros entre las artes escénicas. Otros, como Dick Higgins, en una suerte de intermedia, artes fronterizas, como p.e., la poesía visual (entre la literatura y la plástica) o la poesía fónica (entre la música y la literatura), etc. A veces el predominio de uno u otro soporte o de una forma artística en particular le impone determinaciones del tipo de "video-performance" o "performance poética" o "performance digital", etc. en donde se señala el soporte predominante pero, en todos los casos, sin cambiar el instrumento expresivo, es decir, el cuerpo humano. 

La performance nace como protoforma a fines de los 50s. aunque es a fines de los 60s. cuando se le considera como un género en sí mismo. Sobre todo adquiere su mayoría de edad cuando se convierte decididamente en un arte de la "presentación" y no en un arte de la "representación" como en el resto de las artes escénicas. Hay indicios de que algunas actividades de los artistas de las vanguardias históricas, sobre todo, futuristas y dadaístas, tuvieron ya ese carácter por lo que pueden ser consideradas como pioneras. Hay toda una serie de señales que van marcando mojones históricos en el desarrollo de la performance. Uno de los primeros pudiera situarse en la creación del Black Mountain College y la labor transgresora de John Cage, a nivel de la música, y de Merce Cunningham, a nivel de la danza. La "Action Painting" de Jackson Pollock y en su influencia en el grupo japonés Gutai, el cual, a mediados de los 50s., ya realizaba acciones valiéndose del cuerpo como elemento expresivo. Los "vuelos" de Ives Klein son, también, otro antecedente valioso. El paso más importante en esta cadena  fue, sin dudas, la creación del Happening, en tanto evento o acontecimiento artístico, a cargo de Allan Kaprow y otros artistas Fluxus como Dick Higgins, etc. Hay que destacar, también, la contribución del Fluxus europeo: Joseph Beuys y sus Aktions y Wolf Vostell con sus Decollages. Posteriormente el surgimiento del Conceptualismo iría a traer nuevos puntos de vista y surge el Body Art, en donde el cuerpo del artista es el objeto y el sujeto del arte, es decir, en donde el cuerpo se transmuta en el soporte artístico y se sostiene a sí mismo en tanto mensaje estético. El primero en valerse del término "performance" fue Claes Oldemburg a comienzos de la década de los 70s.

CONTRATO, no se limitó a las performances. También se realizaron intervenciones y acontecimientos urbanos, instalaciones tanto en la calle como en espacios cerrados, exposición de documentación concerniente a acciones, exhibición de Videos de Arte en Acción (con la curaduría de Ximena Narea y Daniel Acosta), teatro callejero y algún que otro tipo de actividades artísticas no matrizadas aún. 

Resulta de interés escuchar el siguiente resumen de las jornadas que mereció a su curador, el artista argentino, Daniel Acosta:

"Arte de acción por un contrato con el universo urbano

Los balances no sirven, generalmente, si se piensa con categorías de ganancia o pérdidas para analizar una propuesta de arte. Por eso, primero, quiero agradecer a los que estuvieron, y a los que no pudieron viajar, por haber hecho realidad el Festival <<Contrato>> en la Casona, Córdoba. La primera impresión que tengo es que más allá de algunas dificultades propias de algo que está naciendo, los objetivos de que sea una fiesta y que el espacio urbano, con toda su complejidad y paradojas, sea el escenario donde las propuestas se brinden, se cumplieron. Celebrando a la cultura y al arte contemporáneo desde la poesía hecha acción.

Durante siete noches, y sus días, mas de noventa artistas en total: brasileños, uruguayos, españoles, tucumanos y artistas de Santa Fe, Mar del Plata, Córdoba y Buenos Aires; ocuparon los espacios céntricos de la ciudad para provocar acciones, y así crear un acontecimiento en el cotidiano de la población. Sacudiendo su normalidad, proponiendo otra cosa a su hábito diario. Con múltiples reacciones, de aceptación y de interrogación a la vez, como de indiferencia. Ahí surge la pregunta si los lazos son importantes, o no, en la comunicación con nuestro espectador sorprendido…pero el intento de crear un espacio común, colectivo, de creación fue logrado.  

Estaremos de acuerdo, creo, que la intención de poner en marcha ese camino es válido. La legitimidad que nos pueda aportar la participación de los espectadores sigue siendo un objetivo buscado, intensamente por nosotros. Y si esto es así lo inentendido, en cierta forma, lo inédito en la urbe cordobesa, esta justificado por la energía y vitalidad puesta en la acción, al ocupar el espacio colectivo. Nuestro hábitat. Con la magia del accionar agrupado, en esta magnífica ciudad, que nos permitió disfrutar de este primer encuentro y experimentar el desafío del universo urbano."

Saludemos, pues, este renacer de la performance en América Latina que, por sobre todas las cosas, ha sabido amalgamar el sentir popular llamando la atención sobre la solidaridad y la cohesión social en torno a ideales comunes y, sobre todo, a olvidados sentidos de vida confundidos por la creciente indiferencia que promueve el neoliberalismo. Fue, tal vez, el ámbito no cosmopolita de Córdoba, aún no totalmente impregnado por la insensibilidad de la nueva cultura global, una de las causas de la riqueza y variedad de propuestas (otras pudieran ser la masiva asistencia de artistas del interior de la Argentina y su extrema juventud). Lo cierto es que su fuerza, más que radicar en las acciones llevadas a cabo, reside en su inviabilidad, en su poder utópico, enfrentados al agotamiento de los sentidos predicados por la política y las instituciones, esos discursos que "dicen y no hacen" (como nos recuerda la Biblia). La performance, en razón de su índole contestataria y marginal, ha devenido, en tanto forma de expresión artística, en uno de los medios idóneos para comunicar esta constante insatisfacción que puede provocar en algunos la injusticia y la inhumanidad ínsita del sistema y ofrece, generosa, las vías  adecuadas para su denuncia, no en ámbitos cerrados y agoreros de imposibilidades sino, allí, donde está la gente, donde todo es posible.


(1) Ver participantes en CONTRATO en la nota "Una mirada Cordobesa"  de Christian Román 
(2) Renato Cohen: PERFORMANCE COMO LINGUAGEM, Ed. Perspectiva, San Paulo, Brasil 1989

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