félix on Fri, 28 Sep 2001 15:22:50 +0200 (CEST)


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[nettime-lat] Fidel


>Discurso pronunciado en la Tribuna Abierta de la Revolución
en San 
>Antonio de los Baños, La Habana, el 22 de septiembre del
2001. 
> 
>Compatriotas: 
>Cualesquiera que fuesen las causas profundas, los factores
de 
>orden 
>económico y político y los grandes culpables que lo
trajeron al 
>mundo, 
>nadie podría negar que el terrorismo constituye hoy un
peligroso 
>fenómeno, indefendible desde el punto de vista ético, que
debe ser 
>erradicado. 
> 
>Es comprensible el estado de irritación unánime por el daño 
>humano y 
>psicológico causado al pueblo norteamericano por la muerte 
>sorpresiva 
>e insólita de miles de inocentes ciudadanos, cuyas imágenes 
>estremecieron al mundo. ¿En beneficio de quiénes? De la
extrema 
>derecha, de las fuerzas más retrógradas y derechistas, de
los 
>partidarios de aplastar la creciente rebeldía mundial y
arrasar con 
>todo lo que quede de progresista en el mundo. Fue un enorme
error, una 
>colosal injusticia y un gran crimen, sean quienes fueren
los 
>organizadores y los responsables de tal acción. 
> 
>Pero en nombre de la justicia y bajo el singular y extraño
título de 
>«Justicia Infinita», no se debe utilizar la tragedia para
iniciar 
>irresponsablemente una guerra que en realidad podría
convertirse en 
>una matanza infinita de personas también inocentes. 
> 
>Las bases, la concepción, los propósitos verdaderos, los
ánimos y las 
>condiciones para tal guerra se han ido estableciendo
precipitadamente 
>en los últimos días. Nadie podría afirmar que era algo no
pensado 
>desde hace rato, que esperaba una oportunidad. Aquellos que
después 
>del llamado fin de la guerra fría continuaron armándose
hasta los 
>dientes y desarrollando los más sofisticados medios para
matar y 
>exterminar seres humanos, eran conscientes de que la
inversión de 
>fabulosas sumas en gastos militares les daría el privilegio
de imponer 
>un dominio completo y total sobre los demás pueblos del
mundo. Los 
>ideólogos del sistema imperialista sabían bien lo que
hacían y para 
>qué lo hacían. 
> 
>Tras la conmoción y el dolor sincero de todos los pueblos
de la Tierra 
>ante el atroz y demencial ataque terrorista contra el
pueblo de 
>Estados Unidos, los ideólogos más extremistas y los
halcones más 
>belicosos, ya ubicados en posiciones privilegiadas de
poder, han 
>tomado el mando del país más poderoso del planeta, cuyas
posibilidades 
>militares y tecnológicas parecieran ser infinitas. Su
capacidad para 
>destruir y matar es enorme; sus hábitos de ecuanimidad,
serenidad, 
>reflexión y contención son, en cambio, mínimos. 
> 
>La conjunción de factores —donde no están excluidos
la complicidad y 
>el disfrute común de privilegios de otros países poderosos
y ricos—, 
>el oportunismo, la confusión y el pánico reinantes, hacen
ya casi 
>inevitable un desenlace sangriento e imprevisible. 
> 
>Sean cuales fueren las acciones militares que se desaten,
las primeras 
>víctimas serán los miles de millones de habitantes del
mundo pobre y 
>subdesarrollado con sus increíbles problemas económicos y
sociales, 
>sus deudas impagables y el precio ruinoso de sus productos
básicos; 
>sus crecientes catástrofes naturales y ecológicas, sus
hambres y 
>miserias, su desnutrición masiva de niños, adolescentes y
adultos; su 
>terrible epidemia de SIDA, su paludismo, su tuberculosis,
sus 
>enfermedades infecciosas, que amenazan con el exterminio de
naciones 
>enteras. 
> 
>La grave crisis económica mundial era ya un hecho real e
irrebatible 
>que afectaba sin excepción alguna a todos los grandes polos
de poder 
>económico. Tal crisis se ahondará irremisiblemente en las
nuevas 
>circunstancias y, al hacerse insoportable para la inmensa
mayoría de 
>los pueblos, traerá caos, rebelión e ingobernabilidad por
todas 
>partes. 
> 
>El precio será también impagable para los países ricos.
Durante años 
>no podría hablarse con toda la fuerza necesaria de medio
ambiente y 
>ecología, ni de las ideas, investigaciones realizadas y
comprobadas, 
>ni de los proyectos para proteger la naturaleza, porque su
espacio y 
>posibilidades los ocuparían acciones militares, guerras y
crímenes tan 
>infinitos como la «Justicia Infinita» con cuyo título se
pretende 
>desatar la operación bélica. 
> 
>¿Puede quedar alguna esperanza después de escuchar, hace
apenas 36 
>horas, el discurso del Presidente ante el Congreso de
Estados Unidos? 
> 
>No usaré adjetivos, enjuiciamientos ni palabras ofensivas
para el 
>autor del discurso, que serían totalmente innecesarias e
inoportunas 
>en instantes tensos y graves como estos que requieren
reflexión y 
>ecuanimidad. Me limitaré a subrayar unas breves frases que
lo expresan 
>todo: «Vamos a utilizar cualquier arma de guerra que sea
necesaria.» 
> 
>«El país no debe esperar una sola batalla, sino una campaña 
>prolongada, una campaña sin paralelo en nuestra historia.» 
> 
>«Cualquier nación, en cualquier lugar, tiene ahora que
tomar una 
>decisión: o están con nosotros o están con el terrorismo.» 
> 
>«Les he pedido a las Fuerzas Armadas que estén en alerta, y
hay una 
>razón para ello: se acerca la hora de que entremos en
acción, y 
>ustedes nos van a hacer sentir orgullosos.» 
> 
>«Esta es una lucha de todo el mundo, esta es una lucha de
la 
>civilización.» 
> 
>«Les pido que tengan paciencia [...] en lo que va a ser una
campaña 
>larga.» 
> 
>«Los logros de nuestros tiempos y la esperanza de todos los
tiempos 
>dependen de nosotros.» 
> 
>«No sabemos cuál va a ser el derrotero de este conflicto,
pero sí cuál 
>va a ser el desenlace [...] Y sabemos que Dios no es
neutral.» 
> 
>Pido a todos nuestros compatriotas que reflexionen con
profundidad y 
>serenidad sobre las ideas contenidas en varias de las
frases 
>mencionadas: Están con nosotros o están con el terrorismo. 
> 
>Ninguna nación del mundo ha sido excluida del dilema, ni
siquiera 
>grandes y poderosos Estados; ninguna ha dejado de ser
amenazada con 
>guerras o con ataques. 
> 
>Vamos a utilizar cualquier arma. 
> 
>Ningún procedimiento, sin importar cuál desde el punto de
vista ético, 
>ninguna amenaza por mortífera que sea —nuclear,
química, biológica u 
>otras— han sido excluidos. 
> 
>No será un breve combate; será una guerra prolongada, de
muchos años, 
>sin paralelo en la historia. 
> 
>Es la lucha de todo el mundo, es la lucha de la
civilización. 
> 
>Los logros de nuestros tiempos y la esperanza de todos los
tiempos 
>dependen de nosotros. 
> 
>Por último, una confesión jamás escuchada en un discurso
político, 
>vísperas de una guerra, nada menos que en época de riesgos 
>apocalípticos: No sabemos cuál va a ser el derrotero de
este 
>conflicto, pero sí cuál va a ser el desenlace. Y sabemos
que Dios no 
>es neutral. 
> 
>La afirmación es asombrosa. Al meditar sobre las partes
reales o 
>imaginarias de esa extraña guerra santa que está a punto de
iniciarse, 
>pienso que es imposible distinguir de qué lado hay más
fanatismo. 
> 
>El jueves, ante el Congreso de Estados Unidos, se diseñó la
idea de 
>una dictadura militar mundial bajo la égida exclusiva de la
fuerza, 
>sin leyes ni instituciones internacionales de ninguna
índole. La 
>Organización de Naciones Unidas, absolutamente desconocida
en la 
>actual crisis, no tendría autoridad ni prerrogativa alguna;
habría un 
>solo jefe, un solo juez, una sola ley. 
> 
>Todos hemos recibido la orden de aliarnos con el gobierno
de Estados 
>Unidos o con el terrorismo. 
> 
>Cuba, con la moral que le otorga haber sido el país que más
ataques 
>terroristas ha recibido durante más tiempo, cuyo pueblo no
tiembla 
>ante nada, ni hay amenaza o poder en el mundo capaz de
intimidarlo, 
>proclama que está contra el terrorismo y está contra la
guerra. Aunque 
>las posibilidades son ya remotas, reitera la necesidad de
evitar una 
>guerra de imprevisibles consecuencias, cuyos autores han
confesado que 
>no tienen siquiera idea de cómo se desenvolverán los
acontecimientos. 
>Reitera igualmente su disposición a cooperar con todos los
demás 
>países en la erradicación total del terrorismo. 
> 
>Algún amigo objetivo y sereno debiera aconsejar al gobierno
de Estados 
>Unidos que no lance a los jóvenes soldados norteamericanos
a una 
>guerra incierta en remotos, recónditos e inaccesibles
lugares, como 
>una lucha contra fantasmas, de los cuales no saben dónde se 
>encuentran, ni siquiera si existen o no, y si las personas
que maten 
>tienen o no responsabilidad alguna con la muerte de sus
compatriotas 
>inocentes caídos en Estados Unidos. 
> 
> 
>Cuba no se declarará nunca enemiga del pueblo
norteamericano, sometido 
>hoy a una campaña sin precedentes para sembrar odio y
espíritu de 
>venganza, a tal extremo que se llega a impedir hasta la
música que se 
>inspira en la paz. Cuba, en cambio, hará suya esa música, y
sus 
>canciones por la paz las cantarán hasta sus niños mientras
dure la 
>cruenta guerra que se anuncia. 
> 
>Pase lo que pase, no se permitirá jamás que nuestro
territorio sea 
>utilizado para acciones terroristas contra el pueblo de
Estados 
>Unidos. Y todo cuanto esté a nuestro alcance lo haremos
para evitar 
>acciones de ese tipo contra él. Hoy le expresamos nuestra
solidaridad 
>con nuestra exhortación a la calma y a la paz. Algún día
nos darán la 
>razón. 
> 
>¡Nuestra independencia, nuestros principios y nuestras
conquistas 
>sociales los defenderemos con honor hasta la última gota de
sangre, si 
>somos agredidos! 
> 
>No será fácil instrumentar pretextos para hacerlo. Y ya que
se habla 
>de guerra con empleo de todas las armas, es bueno recordar
que ni 
>siquiera eso sería una experiencia nueva. Hace casi
cuarenta años, 
>cientos de armas nucleares, tácticas o estratégicas
apuntaban contra 
>Cuba, y nadie recuerda haber visto a un solo compatriota
perder por 
>ello el sueño. 
> 
>Somos los mismos hijos de ese pueblo heroico, con una
conciencia 
>patriótica y revolucionaria más elevada que nunca. Es la
hora de la 
>serenidad y el coraje. 
> 
>El mundo tomará conciencia y hará escuchar su voz ante el
drama 
>terrible que lo amenaza y está a punto de sufrir. 
> 
>Para los cubanos, es el instante preciso de proclamar, con
más orgullo 
>y decisión que nunca: 
> 
> 
>¡Socialismo o Muerte! 
>¡Patria o Muerte! 
>¡Venceremos!  


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