Santos Mercado Reyes on 23 Feb 2001 17:08:50 -0000


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[nettime-lat] EL MODELO EDUCATIVO CUBANO


EL MODELO EDUCATIVO CUBANO
 Mucha gente  considera al sistema educativo cubano como un buen ejemplo
a seguir. Incluso, organismos internacionales como la OCDE,  UNESCO y el
Banco Mundial se muestran complacidos con las estadísticas cubanas. ¿Qué
hay de cierto?

Desde el primer minuto de vida de la Revolución Cubana (1959), después de
derrocar  al régimen pro-capitalista de Fulgencio Batista, el nuevo
gobierno toma la decisión de desmantelar el viejo sistema educativo y
construir uno nuevo.
Todas las escuelas y universidades privadas quedan abolidas y los
planteles  pasan a manos del gobierno. Por tanto, el Estado socialista
por medio del Ministerio de Educación  asume el control total de todo
tipo de escuelas en la isla.
El primer plan estratégico de gran envergadura consistió en eliminar el
analfabetismo. Aunque Cuba tenía uno de los índices más bajos de
analfabetas en toda América Latina (menos del 25%, México  más del 30 %)
el nuevo gobierno de ninguna manera se sentía satisfecho y deseaba dar al
mundo una muestra de que podían ofrecer mejores resultados que el régimen
anterior.
 La propuesta educativa del gobierno tuvo consenso de casi todo el
pueblo, los disidentes  optaron por salir de Cuba. Bastaba que el régimen
ordenara y todos los cubanos letrados actuarían como un solo hombre
obedeciendo las disposiciones del estado.
El gobierno organizó a  los intelectuales, estudiantes, amas de casa,
jóvenes y ejercito para que fueran hasta el último rincón, prácticamente
a cazar a cuanto analfabeta encontraban. El resultado fue exitoso, salvo
algunos  ancianos, todo cubano aprendió a leer y escribir.
La siguiente tarea consistió en tener las suficientes escuelas para que
todos los niños en edad primaria y secundaria pudieran no solo asistir a
clases, sino alimentarse y desarrollar su físico, aprender las técnicas
de producción agrícola, el respeto a la patria, el amor al socialismo, al
gobierno, al del marxismo, etc.
El gobierno no escatimó recursos. Se construyeron escuelas primarias y
secundarias en toda la isla. Ningún padre de familia podía quejarse de
que no hubiera una aula  para su hijo “por eso hicimos la revolución”.
Incluso, se construyeron muchos internados donde los niños y niñas  podía
pasar todo el año. Por supuesto, estos internados poseían servicios
médicos y deportivos  para los niños y jóvenes.
El gobierno socialista de Cuba estableció la obligatoriedad de la
educación primaria y  secundaria. Desde ese momento se considera un
delito que los padres de familia no envíen a sus hijos a la escuela y
poden ser castigados  incluso con la cárcel.
Cuando un alumno termina el ciclo de educación obligatoria, puede elegir
los siguientes caminos:
a) El Estado le aplica un examen para determinar su capacidad y aptitud
para continuar estudios de bachillerato y posteriormente universitarios.
Si lo aprueba, recibirá todo el apoyo del gobierno para seguir
estudiando, si no…
b) Se incorpora a alguna escuela técnica estatal de dos o tres años para
especializarse en topografía, enfermería, electricidad, etc. para después
alistarse en  una empresa estatal, o bien…
c) Se incorpora al trabajo en alguna fábrica del gobierno o en alguna
granja estatal.
Con esta descripción a grandes rasgos, ya se puede extraer las
principales características del sistema educativo cubano.
1. El gobierno socialista construyó un enorme monopolio educativo
controlado desde un centro burocrático.
2. Desapareció el sector privado educativo. Es decir, quedó prohibido que
algún individuo tuviera en propiedad algún plantel educativo.
3. Todas las escuelas y universidades son propiedad de todos, es decir,
de nadie, o del  gobierno, si acaso esto tiene sentido.
4. Solo el gobierno, desde el Ministerio de la Educación, tiene la
prerrogativa de formular los planes y programas de estudio. En otras
palabras, ni particulares, ni  docentes, ni directivos  tienen el derecho
de modificar o establecer lo que los niños, jóvenes o adultos debían
aprender.
5. A los niños y jóvenes se les educa para que al terminar sus estudios
se incorporen como burócratas, funcionarios o trabajadores del Estado.
6. En consecuencia, quedó prohibido  todo tipo de educación que tuviera
el objetivo de formar profesionistas con visión empresarial o  de
negocios.
7. Todo el sistema educativo depende exclusivamente del financiamiento
del gobierno.
8. Los  salarios de los profesores, directivos y personal de apoyo son
parte de la nómina del Estado y sólo éste tiene  derecho de modificarlos.

9. Se estableció, por lo tanto, que los alumnos estarían sujetos a un
régimen de educación gratuita, es decir, “el que estudia no paga”, pues
el gobierno asume todos  los gastos.
10. Asimismo, el gobierno se encargaría de equipar a las escuelas, dar
libros gratuitos a los alumnos, incluso uniformes y alimentos.
11. El gobierno formó grandes sindicatos para tener un control directo y
efectivo sobre todos los docentes y trabajadores.
12. Los docentes universitarios ganan 220 pesos cubanos (10 dólares al
mes), pero tiene derecho a la Cartilla de Racionamiento y pueden
solicitar casa o departamento.
13. La planeación estatal  determina la cantidad de profesionistas que
debe haber en cada disciplina, independientemente de los deseos y
preferencias de los estudiantes.
14. “El trabajo es un derecho”. Los que concluyen sus estudios (un
altísimo porcentaje) tienen asegurado su puesto en las oficinas del
gobierno, en las granjas o empresas estatales o donde determine el
Estado. No se puede ejercer iniciativa privada para establecer negocios
propios.
Una vez detectados  los rasgos esenciales del esquema  cubano establecido
desde hace cuarenta años vale la pena preguntarse: ¿cuál es el resultado?

EXITOS DEL MODELO
Se podrían mencionar los siguientes:
a) En Cuba no hay analfabetas.
b) El promedio de escolaridad de la isla es de bachillerato.
c) Cuba es el país con mayor densidad de certificados  universitarios.
Hasta los meseros del Hotel Riviera pueden mostrar título de médico o
incluso de doctor en ingeniería nuclear.
d)  El gobierno ha creado una gran diversidad de asociaciones de
profesionistas. Por ejemplo, la Asociación de Economistas de Cuba tiene
22 mil agremiados.
LA CONTRADICCION
Cierto que todos los cubanos saben leer, pero, la gente común no lee.
Con un  salario de  128 pesos cubanos (cinco dólares mensuales) es
imposible comprar un libro de procedencia extranjera y la producción
editorial del gobierno se reduce a literatura marxista o algunos libros
técnicos.
¿Por qué con tan alto índice de escolaridad, el mayor de América Latina,
Cuba sufre de escasez de granos, carne, azúcar, verduras, etc.?
Aún bajo el supuesto   que el bloqueo de E.U. implicara que ningún país
le comprara o vendiera a Cuba, es decir, que la isla estuviera
completamente cerrada, ¿no sería posible sobrevivir y desarrollarse con
sus propias fuerzas en virtud de la gran cantidad de profesionales con
que cuentan?
¿Con los más de diez mil ingenieros marítimos no sería posible que
tuvieran la  flota pesquera más grande y productiva de Latinoamérica?
Cuando una sociedad sufre de pobreza y al mismo tiempo la gente posee una
escasa escolaridad nos parece una situación normal. Pero cuando
observamos  que un pueblo tiene alto nivel educativo  y su gente carece
de ánimos para trabajar, producir, innovar, generar nuevos bienes y
servicios, etc. e incluso  sufre de problemas alimentarios, con  vivienda
decrépitas,  descontentos de todo pero sin ganas de transformar nada o
esperando la mínima oportunidad para salir de la isla,  entonces algo no
funciona bien. ¿Cómo se explica que una sola empresa capitalista como
Disney World produce mas riqueza en términos de dólares que el PIB de
toda la isla?
¿DÓNDE ESTÁ LA FALLA?
Tener un pueblo con alto nivel educativo es un objetivo loable en todos
los sentidos. Nadie, en su sano juicio, puede oponerse a que la gente
sea culta y con alto nivel de escolaridad. Sería una locura pretender,
como meta, que el pueblo viva en la oscuridad de la ciencia y cultura. El
problema no está en  el objetivo, sino los medios para alcanzarlos. Esto
tiene que ver con la política educativa estatal del gobierno
revolucionario de Cuba.
Hay que recordar  que el sistema educativo de Cuba es un producto neto de
la revolución cubana. Esta revolución  se preocupó por hacer de Cuba una
isla socialista, es decir, planificada centralmente, organizada y
administrada en todos sus aspectos desde el aparato de poder.
Necesariamente tenía que edificarse un monopolio educativo centralizado y
controlado desde una oficina  del gobierno y básicamente sujeta al
criterio  de una sola persona. En otras palabras, la educación en Cuba se
ha administrado bajo un esquema cuasi-monárquico donde impera  la visión
del rey.
En cualquier país donde se ha manejado así la educación, sea en la Italia
de Mussolini, en la Alemania de Hitler, en la URSS de José Stalin o en el
México de Lázaro Cárdenas ha terminado en un desastroso fracaso,
destruyendo inteligencias y capital. Las intenciones  son buenas, pero el
método es poco eficiente y muy costoso.
En efecto, el proceso de centralización convierte a todos los profesores
y funcionarios educativos en burócratas carentes de criterio propio. La
centralización genera un sistema de altos costos sociales formando
profesionistas sin iniciativa personal, carentes espíritu emprendedor,
que se auto subordinan a la estructura de poder, encadenándose al salario
de gobierno y perdiendo el tiempo  en largas colas para recibir  su
ración de alimentos. Legalmente, en Cuba, ningún profesional cubano es
capaz de crear capital, por la prohibición del Estado.
El gobierno revolucionario de Cuba, con las mejores intenciones, se
arrogó el derecho de quemar  todos los muebles de la casa a fin de
cocinar un caldo de gallina que ahora nadie  quiere tomar. Mal negocio
para el pueblo que tiene que absorber el costo de las  decisiones
erróneas de su gobernante,  para el profesionista quien estará por el
resto de su existencia  a un puesto burocrático del Estado,  para los
profesores que sin mucha  motivación tienen que simular que enseñan y
para el alumno que no tiene otra  alternativa que tragarse lo que el
gobierno le quiera dar.
Para comprender mejor el error del método, pensemos en que pasaría si al
cacique de un pueblo  se le ocurre que todos los habitantes deben  poseer
doctorado en ciencias. Dedica todos los esfuerzos y recursos disponibles
para realizar el objetivo. Suena bien, pero el resultado final es la
destrucción de esa sociedad, ese pueblo se morirá de hambre pues ¿quién
producirá alimentos, zapatos, vestido, etc.?
  En otras palabras, es muy riesgoso que la burocracia en el poder,  por
muy buenas intenciones que tenga,  sea quien  dicte   u  oriente al
sistema educativo de un país, porque el peligro  de que tome decisiones
incorrectas es muy alto y costoso. El problema es muy delicado y si ahora
no podemos contestar quién debe dirigir, al menos podemos responder quien
NO lo debe hacer: el gobierno.
En esa  maravillosa isla del Caribe  han tenido que pagar muy cara la
determinación de centralizar todas las decisiones en manos de una sola
persona. Pretender que una persona o grupo gobernante puede tener mejor
visión de los gustos, preferencias, necesidades  o caprichos de la gente
es pensar que existen políticos o  burócratas más sabios que el dios
omnisciente.
LA SOLUCION
Los sistemas centralizados, dividen a la sociedad  en dos clases: la
burocracia gobernante (pequeño grupo de tiranos) y la burocracia
subordinada. La capacidad de innovación del burócrata tirano y del
subordinado  es prácticamente nula. Esta es la razón que explica la
obsolescencia generalizada en que cayeron los viejos países socialistas
a pesar de que pudieron lograr algún esporádico éxito (recuérdese el
sputnik). Por eso, en Rusia,  Italia, Alemania, o México estos sistemas
centralizados han sido objeto de condena y derogación y paulatino
abandono. Lo mismo tendrá que suceder, tarde o temprano, con el sistema
educativo cubano.
Aunque aún siguen orgullosos del monstruoso aparato burocrático que han
construido,  lo tienen que desmantelar para evitar mayores daños a su
economía. La gran tarea de los cubanos es eliminar  el monopolio
educativo del gobierno y permitir que se manifieste el talento,
iniciativa y visión de cada ciudadano en el renglón de la educación.
En una palabra, Cuba debe privatizar todo su sistema educativo  como
estrategia fundamental  para poder  recuperar al individuo destruido por
la revolución.
El hombre  común nada tiene que temer a la privatización, al contrario.
La privatización del sistema educativo permitirá paulatinamente eliminar
la subordinación de la inteligencia al poder feudal y coercitivo del
Estado, permitiendo que los sueños y anhelos de cada cubano se hagan
realidad mediante su esfuerzo personal. Solo así la educación se
transformará en una  palanca para la prosperidad y desarrollo de los
hermanos cubanos.
Santos Mercado Reyes
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA (MEXICO)
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